

Glaucoma Congénito
El glaucoma es una enfermedad provocada por aumento de la presión intraocular y que genera un daño progresivo en el nervio óptico, el cual es el encargado de transmitir las imágenes que llegan a la retina para que el cerebro las interprete. A medida que avanza la enfermedad, el mismo va perdiendo sus fibras, provocando disminución visual.
Las formas congénitas e infantiles de glaucoma son poco frecuentes. Su manejo es complejo y de no ser tratado oportuna y adecuadamente puede provocar una pérdida visual severa e irreversible en el niño que lo padece pudiendo llegar incluso a la ceguera.
Causas
Dentro del ojo se produce en forma constante un líquido transparente llamado humor acuoso el cual luego se evacua a través de estructuras de drenaje ubicadas en el ángulo que se forma entre la cornea y el iris. El globo ocular mantiene una presión adecuada debido al equilibrio entre la cantidad de humor acuoso que se produce y el que se elimina.
En el glaucoma congénito existe un defecto de nacimiento en dicho ángulo lo que dificulta la salida del humor acuoso llevando a un aumento de la presión intraocular y el consiguiente daño del nervio óptico.
En ciertas ocasiones, el glaucoma puede ser secundario a otras afecciones oculares.
Síntomas
Tratamiento
El tratamiento del glaucoma congénito es quirúrgico. Aproximadamente el 85% de los bebes que reciben un tratamiento precoz y adecuado evolucionan favorablemente. En definitiva un diagnostico y tratamiento precoz hacen la diferencia entre la posibilidad de ver o la ceguera.
Dentro de los primeros 3 años de vida puede presentarse con agrandamiento del globo ocular, córnea turbia, lagrimeo y/o sensibilidad a la luz. Si se presenta más tardíamente puede no tener ningún síntoma por lo que es importante que el niño acuda a los controles periódicos con el oftalmólogo.